Fue bautizado así por la violencia ejercida contra las mujeres, incluso en algunos casos de carácter sexual, por la Policía Metropolitana y espectadores que se sumaron al ataque.
Las fuerzas policiales y una multitud de transeúntes, se enfrentaron a trescientas manifestantes frente al Parlamento; Las mujeres fueron atacadas durante las siguientes seis horas.
La policía arrestó a 4 hombres y 115 mujeres, aunque al día siguiente se retiraron todos los cargos.
Las peticiones para que se acometiese una investigación pública fueron rechazadas por Winston Churchill, entonces Ministro del Interior.
Durante una manifestación en junio de 1909, una delegación intentó forzar una reunión con Herbert Henry Asquith, el Primer Ministro; 3.000 policías fueron movilizados para evitar que las mujeres entrasen en el parlamento, arrestando a 108 mujeres y 14 hombres.
Asquith pudo retener el poder gracias al apoyo del Partido Parlamentario Irlandés.
[7] Durante seis meses, el movimiento sufragista entró en una campaña de propaganda, organizando marchas y reuniones, y los consejos locales aprobaron resoluciones que respaldaban el proyecto de ley.
[11] La medida habría sumado aproximadamente un millón de mujeres al censo electoral.
Se decidió mantener un número relativamente pequeño para que el proyecto de ley fuera aceptado por los parlamentarios, en su mayoría conservadores.
Casi 200 diputados firmaron un memorando a Asquith pidiendo tiempo parlamentario adicional para debatir la ley, pero él se negó.
El evento había sido ampliamente publicitado, y la prensa nacional estaba preparada para la manifestación que se esperaba por la tarde.
Louisa Garrett Anderson, Hertha Ayrton y la Princesa Sophia Duleep Singh.
Caxton Hall se utilizó durante todo el día como puesto médico para sufragistas heridas en la manifestación.
La policía la empujó hacia una calle lateral, la agredió y le robaron las llantas de las ruedas, dejándola varada.
A la mañana siguiente, cuando los arrestados fueron citados en el Tribunal policial de Bow Street, la fiscalía declaró que Winston Churchill, el Ministro del Interior, arguyendo razones de interés público, había considerado que, "en esta ocasión, proceder con la acusación no ofrecía ningún beneficio público".
Katherine E. Kelly, en su investigación de cómo los medios informaron el movimiento sufragista a principios del siglo XX, considera que al retirar los cargos contra los manifestantes, Churchill implementó "un tácito quid pro quo... [en el que] se negó a investigar los cargos de brutalidad policial".
[26] El editor gráfico del periódico remitió la fotografía al Comisionado de la Policía Metropolitana para que diesen su explicación.
La imagen también se publicó en Votes for Women, [16]The, Manchester Guardian[27] y el Daily Express.
The Times informó que "a varios policías que cumplían con su deber, se les quitaron los cascos; otro fue retirado por una patada en el tobillo, otro fue cortado en la cara por un cinturón y otro sufrió cortes en la mano"; The Daily Mirror escribió que "la policía mostró gran temperamento y tacto en todo momento y evitó hacer arrestos, pero como de costumbre, muchas de las sufragistas no se quedaron tranquilas hasta no ser arrestadas... en una pelea un agente resultó herido y, cojeando, tuvo que ser ayudado por dos compañeros".
Había recibido un reconocimiento formal, pero ninguna otra carta del gobierno sobre los hechos.
Su carta a Churchill había sido publicada íntegramente en el periódico sufragista Votes for Women.
Churchill negó la acusación en la Cámara de los Comunes y estaba tan molesto que consideró demandar por difamación a Christabel Pankhurst y a The Times, que eran quienes lo habían denunciado.
Esto se hacía generalmente con descaro y públicamente para infligir la mayor humillación.
El lenguaje utilizado por algunos de los policías al realizar estas acciones no dejaba ninguna duda sobre su carácter sexual.
Una mujer, que se identificó como la señorita H, declaró que "un policía... rodeándome con el brazo, me agarró el pecho izquierdo, lo pellizcó y lo retorció muy dolorosamente mientras me decía 'Has estado queriendo esto desde hace mucho tiempo, ¿no?
Las muertes de dos sufragistas se han atribuido al tratamiento que recibieron el Black Friday.
La segunda víctima mortal que la WSPU relacionó con el maltrato recibido, fue Henria Williams.
Le había dado pruebas a Brailsford y Murray de que "un policía después de golpearme durante un tiempo considerable, me agarró apretando sus grandes manos fuertes como el hierro justo sobre mi corazón...
Las concentraciones frente al parlamento se detuvieron, y la acción directa, como arrojar piedras y romper ventanas, se hizo más común; Estas acciones daban a las mujeres la oportunidad de escapar antes de que la policía pudiera arrestarlas.
Crawford identifica un cambio en las tácticas utilizadas por la policía después del Black Friday.