Nació en 1971 en el Hospital Edgardo Rebagliati Martins, siendo aún sietemesina, lo que menciona en algunos de sus poemas.
Estudió en la Pontificia Universidad Católica del Perú, donde obtuvo el Bachiller en Humanidades con mención en Lingüística y Literatura en 1995.
Durante los años noventa, escribió algunos artículos sobre el revival de la música subterránea para la página Mundo joven del diario El Comercio, incluyendo entrevistas a Leuzemia y Rafo Raez.
[3] Su posterior estancia en Estados Unidos influyó en su perspectiva sobre la situación política de su país[4] y fue determinante en su poesía.
Sobre el poemario Ya nadie incendia el mundo, en particular, el crítico y poeta Luis Fernando Chueca explica que la poeta articula un intenso diálogo entre las circunstancias de la vida de la voz poética, claramente femenina, y las que el Perú venía atravesando en las últimas décadas.
[11] Según la poeta Becky Urbina, el libro intercala prosa poética, ensayo e incluso tintes teatrales, además de una importante carga visual, empezando por tener como título un texto tachado.
La escritora y docente peruana Ina Salazar considera su poética como un "arte de la incomplacencia".
[14] Luego de recibir ataques cibernéticos y siendo inmanejable el grupo con tantas participantes, se redujo el grupo pero se realizó cuatro manifiestos más, por lo general motivados como reacción a ciertos hechos de la coyuntura nacional.