Vicenta de Coria

La habilidad de la falsificación hizo que fuese tenida por muchos autores como una obra auténticamente antigua y escrita en el siglo V, por lo que sus afirmaciones, la mayoría sin ningún fundamento histórico real, pasaron a otras obras serias hasta el punto de alterar gravemente la cronología de los hechos narrados y provocar que capítulos catedralicios, consejos municipales, etc., creyendo lo que se decía, comenzasen a rendir culto o nombraran patrones a santos inexistentes, que enraizaron en la tradición popular.

Hacia mediados del siglo XVII y XVIII, otros autores se encargaron de demostrar la falsedad de esta crónica y de las obras en las que se inspiraron, pero las tradiciones, leyendas y el culto iniciados ya se habían asentado y el pueblo continuó considerando alguna de estas historias como auténticas, hasta la actualidad, a pesar de la su falsedad.

Vicenta era una joven soltera, posiblemnete religiosa, que no quiso abjurar del catolicismo, a pesar de las amenazas de muerte.

La historia de la santa es muy tardía y tiene un alcance local y nunca ha sido reconocida por lal Iglesia, por lo cual, la santa no figura en el santoral ni en el Martirologio romano.

En cambio, la devoción enraizó en la ciudad y en toda Extremadura.