El combate entre Prisco y Vero tuvo lugar el primer día de los juegos que celebraban la inauguración del Coliseo.
Normalmente, los combates entre gladiadores sólo terminaban cuando un combatiente elevaba un dedo en señal de derrota.
El empate podía ser solicitado por el público o por los propios luchadores, que hacían un gesto mediante el cual entregaba cada uno su espada al otro oponente.
[4] El combate entre Prisco y Vero tuvo un final realmente inusual porque los dos combatientes fueron declarados vencedores.
Esto marcaba un inicio triunfante a los juegos inaugurales y daba una imagen muy positiva de Tito.