Aunque son venenosas su veneno no es lo suficientemente potente como para matar a un humano.
Se alimentan exclusivamente de peramélidos y víboras ciegas.
Siete especies son reconocidas como válidas.
A mediados de 2018, se descubrió en Australia una nueva especie de bandy-bandy, visualmente casi idéntica a "Vermicella annulata".
La especie llamada Vermicella parscauda es considerablemente más venenosa, con una toxina que es comparable a la de la serpiente negra de vientre rojo.