Venustiano Carranza (Hacienda de Hornos)

A Leonardo Zuluoga, se le deben los restos de la hacienda que hasta el día de hoy persisten, en 1811 se detuvieron en Santa Ana de Hornos los insurgentes prisioneros encabezados por Miguel Hidalgo e Ignacio Allende, que tras su aprehensión en Acatita de Baján se dirigían a su juicio en Chihuahua.

Tras la independencia de México la hacienda siguió en manos de la familia Zuloaga, hasta el año de 1867 cuando les fue confiscada por el gobierno por haber sido una de las principales familias partidarias del Segundo Imperio Mexicano, tras lo cual se desarrolló definitivamente como una pequeña población, hacia finales del siglo XIX e inicios del siglo XX en Santa Ana de Hornos se estableció una importante fábrica de locomotoras y tranvías, aprovechando el amplio desarrollo de los ferrocarriles durante el gobierno de Porfirio Díaz y que llevó al surgimiento como centro ferrocarrilero de la cercana población de Torreón, y que se convirtió en la principal actividad económica de la población, sin embargo declinó definitivamente tras la Revolución mexicana y la fábrica cerró hacia 1924, existiendo desde entonces el rumor no demostrado de que dicho cierre se debió a la prohibición de fabricar locomotoras en México establecido en el Tratado de Bucareli, firmado entre Estados Unidos y México en 1923.

[4]​ Tras ello la población se dedicó a la actividad agrícola desarrollada masivamente en La Laguna a partir de 1934 como parte de la reforma agraria promovida por el presidente Lázaro Cárdenas del Río y constituyó un ejido que a partir de entonces recibió el nombre oficial de Venustiano Carranza.

Aquejado por la sequía y la casi nula actividad económica el pueblo languideció y la mayor parte de su población emigró a las grandes ciudades de la Laguna o incluso fuera del país, en 2010 volvió a ser noticia al llevarse a cabo la restauración de su misión, Santa Ana, por parte de una fundación[5]​ y algunas entidades gubernamentales que buscan con ello propicionar una nueva actividad económica basada en el turismo de aventura, aprovechando otrs atractivos cercanos como las Dunas del Bilbao.

Su clima es sumamente extremoso, estando clasificado como muy seco semicálido,[7]​ y su temperatura promedio anual es superior a los 20 °C,[8]​ y la precipitación promedio anual inferior a los 200 mm.