Japón había logrado una gran esfera de influencia en el norte de China y Manchuria gracias a sus victorias en la primera guerra sino-japonesa y en la guerra ruso-japonesa, sumándose a las potencias imperialistas europeas en la competición para establecer su dominio político y económico sobre China.
Según Sun Yat-sen, adversario decidido de Yuan, las Veintiuna exigencias fueron solicitadas e incluso redactadas por el propio Yuan Shikai, siendo el precio que este pagó a Japón para que le reconociese como emperador.
[3] El Gobierno japonés del primer ministro Ōkuma Shigenobu, siendo ministro de Asuntos Exteriores Katō Takaaki,[4] elaboró el borrador inicial de las Veintiuna Reivindicaciones, que fue revisado por el emperador Taishō y el genrō y aprobado por la Dieta.
Katō Takaaki admitió públicamente que el ultimátum fue solicitado por Yuan para salvar su prestigio ante el pueblo chino cuando cediese a las exigencias.
[12] Los Estados Unidos expresaron su gran disgusto al rechazo japonés a la política de puertas abiertas en China.
Esto a su vez provocó el disgusto estadounidense, así como la hostilidad generalizada dentro de China.