Junto a Alberto Moravia, Italo Calvino, Elio Vittorini y Cesare Pavese es uno de los iniciadores del neorrealismo.
Ávido lector, aprovechó su confinamiento en un hospital (sufrió de tuberculosis) entre 1935 y 1937 para dedicarse a la lectura, la experiencia en el nosocomio quedó registrada en su obra Taccuino del Convalescente.
En 1938 fundó junto a Alfonso Gatto la revista Campo di Marte, que fue cerrada por el gobierno fascista nueve meses después.
Tras la liberación se instaló en Milán donde trabajó como periodista en “La Settimana” y dio clases en el Istituto d'Arte Después de la guerra se mudó a Nápoles donde desarrolló una intensa actividad periodística como corresponsal de los periódicos Milano Sera y especialmente Paese Sera.
Su estilo es simple y se adapta de ese modo al tema que trata.
Crónicas de pobres amantes (Cronache di poveri amanti) es una obra maestra del neorrealismo italiano.
En esta novela, Alegoría y escarnio, prosigue la perspectiva íntima iniciada en La constancia de la razón, para hacer un balance personal proyectado sobre la historia.