Valerio de Leuconay

Decidió hacerse religioso y a los dieciséis años ingresó en el monasterio de Autume.

Columbano, viendo el potencial de Valerio como misionero y predicador, le envió a evangelizar diversas tierras de Neustria, donde la población era aún pagana, entre 614 y 616.

Desde allí, continuó predicando por el Ponthieu, la Normandía meridional, el país de Caux, etc.

Además, había reliquias en Saint-Riquier, Méréaucourt y Saint-Lucien de Beauvais.

Para legitimar el acceso al trono franco del rey Hugo Capeto se creó la leyenda de la profecía de San Valerio: según ella, el santo se había aparecido en sueños en el futuro rey y le dijo que solo si devolvía sus reliquias, entonces en Flandes, a la abadía de Leuconay, sería rey y su dinastía ocuparía el trono durante siete generaciones.

Iglesia de Saint-Valery-sur-Somme.