Valentín (película de 2002)

Pese a no comprender por qué su madre no lo ha visitado en años y aunque su abuela y su padre se refieren a ella sólo con insultos, Valentín constantemente sueña con que ella irá por él algún día.

Leticia (Julieta Cardinali), la última novia de su padre, lo invita a comer para conocerlo y ambos pasan el día juntos.

A Valentín le agrada mucho Leticia y de inmediato comienza a soñar con que se convertirá en su madrastra, por lo que comparte con ella varias historias personales sobre su vida, revelando sin querer el carácter agresivo y antisemita de su padre.

Leticia le asegura que no lo traicionó y terminan conversando una vez más sobre la situación familiar de Valentín.

En la escena final, Valentín ha arreglado una cita a ciegas entre Leticia y el pianista Rufo.