Hacia mediados del siglo XIX, el lugar tenía contabilizada una población de 173 habitantes.
Tiene interés el monte con restos del despoblado de San Miguel de Cebollada y la iglesia parroquial dedicada a San Blas y que conserva restos del ábside del siglo XIII, con añadidos de los siglos XIV y XV.
Se cubre con bóvedas de crucería sencilla que apoyan en pequeñas ménsulas; los arcos perpiaños son apuntados, lo mismo que los laterales del presbiterio; estos últimos deformes y de gran espesor.
Parece que a finales del siglo XVI se elevó la nave y se cubrió con bóvedas de crucería, tal vez añadiendo un tramo a los pies; esta obra sería fruto del mandato del arzobispo de Zaragoza, don Hernando de Aragón, en 1567.
La torre es de ladrillo y parece obra del siglo XVIII.