Vík í Mýrdal ([ˈviːkʰ i ˈmiːrˌtaːl̥]ⓘ lit. bahía del valle pantanoso) es el pueblo situado más al sur de Islandia, hacia el extremo meridional de la región de Suðurland.
A pesar de su pequeño tamaño (unos 300 habitantes) es el asentamiento más grande de unos 70 kilómetros a la redonda y es una parada importante, por lo que se indica en las señales de tráfico desde una gran distancia.
El pueblo es muy conocido por su playa negra y por las rocas Skessudrangar, Landdrangar y Langhamrar en el mar que miden hasta 66 metros de altura.
Es el único pueblo en la costa de Islandia que no cuenta con un puerto.
La iglesia Víkurkirkja es una iglesia protestante relativamente grande construida entre 1932 y 1934 que abriga varias obras de arte del siglo XVIII.