La urna del Gran Jaguar es una escultura de cerámica correspondiente al período Preclásico Tardío mesoamericano concretamente a la cultura zapoteca.
[1] Destaca la circunstancia de conservar parcialmente su decoración cromática original.
[2] La pieza, con sencillos diseños que representan pintura facial o tatuajes, fue encontrada completa en un basurero de la época prehispánica adyacente a la plataforma oeste del edificio M de Monte Albán y es posible que tuviera un uso ritual, en ceremonias dedicadas al culto a los muertos, donde era común el uso de este tipo de urnas con figuras de tamaño cercano al real .
[1] Entre la cultura zapoteca el jaguar representaba al mismo tiempo la tierra y la fecundidad y su rugido era considerado como la voz de las montañas.
Fue tal la importancia del jaguar, que algunos autores sugieren que la ciudad de Monte Albán pudo llamarse Cerro del Jaguar.