En la década de los setenta, fue una época en la que Ibagué se destacó en el plano nacional como ciudad musical y destino turístico para cultores y amantes de la música.
Era necesario crear oportunidades para las mujeres, que ya habían comenzado a incursionar en el mercado laboral.
También se pretendía que los jóvenes bachilleres encontraran en la ciudad alternativas de educación superior que diversificaran, ampliaran y complementaran la oferta de la Universidad del Tolima.
Así, además de los fundadores, muchas personas y entidades rodearon el proyecto y prestaron su colaboración, cada uno desde sus posibilidades: unos apoyaron en la comunicación con el Icfes; otros revisaron los planes de estudio de los programas académicos; algunos elaboraron encuestas y registraron matrículas; hubo quienes consiguieron los profesores; varias entidades prestaron sus oficinas; muchos visitaron los colegios y las empresas para entusiasmar a los futuros alumnos.
La Universidad inició labores académicas en cuatro programas: Administración Financiera, Contaduría Pública, Mercadotecnia e Ingeniería Industrial.
La Universidad cuenta con un bello campus ubicado en el barrio Ambalá, con zonas verdes, buena iluminación y espacios para la integración, que permiten el desarrollo propicio de la vida académica.
Entre ellos se destacan Pequeños Científicos y Ondas, dos proyectos dirigidos a niños de cinco a doce años en formación del pensamiento científico; entre otros.