[3] Con el establecimiento otras comunidades como los gagauzos, judíos o alemanes la proporción de población rumana se redujo de cerca del 90 % al 64 % durante el transcurso del siglo.
La política zarista en Besarabia a finales del siglo XIX fue, en parte, dirigida a la desnacionalización del elemento rumano,[1] prohibiendo la educación y la misa en lengua rumana desde la década de 1860.
[4] Algunos historiadores rumanos afirmaron que un fuerte sentimiento de frustración y resentimiento hacia la administración rusa habían comenzado a aparecer antes del inicio de la Primera Guerra Mundial.
[7] Con Ucrania sumida en un caos semejante (véase República Popular Ucraniana), un Gobierno soviético inaceptable para el Gobierno besarabo y no atreviéndose a solicitar la ayuda rumana por las suspicacias de las minorías, finalmente la pidió a los representantes de la Entente presentes en Iaşi.
[10] Al no hallarse listos los transilvanos, el general Berthelot sugirió que el Gobierno besarabo solicitase tropas rumanas para vigilar temporalmente las comunicaciones férreas y los almacenes militares, asegurando su posterior retirada y su neutralidad en la política interior del territorio.
[16] Lenin, efectivamente, había roto relaciones con Rumania tras la ocupación de Besarabia y exigido su evacuación, mientras que su enviado Christian Rakovski hostigaba a los destacamentos rumanos en Ucrania.
[17] En él Rumania se comprometía a evacuar Besarabia —salvo diez mil tropas, que vigilarían los ferrocarriles— en menos de sesenta días.
[23] Los Imperios, que había firmado la paz con los representantes ucranianos el 9 de febrero, ocuparon los territorios fronterizos con Besarabia, lo que alejó el peligro soviético y facilitó la anexión rumana del territorio.
La primera condición para la reforma agraria fue debatida y aprobada en noviembre de 1918 y entonces el Sfatul Ţării votó una moción que eliminó todas las demás condiciones, confiando en que Rumanía sería un país democrático tras la guerra.
Esta votación se ha considerado ilegítima, ya que no hubo cuórum: sólo 44 de los 125 parlamentarios participaron (todos votaron a favor).
[26] El Gobierno rumano rechazó la mayoría de las condiciones impuestas, lo que más tarde causaría gran descontento en la nueva provincia.
[27] En el otoño de 1919, se celebraron elecciones generales en Besarabia para elegir a los noventa diputados y treinta y cinco senadores que ingresarían en el Parlamento rumano.
[29] Sin embargo, los Estados Unidos acabaron por negarse a firmar el Tratado final, alegando que Rusia no estaba representada en la Conferencia.
[30] La nueva Rusia comunista no reconoció la anexión rumana de Besarabia,[30] situación que sí fue aceptada tácitamente por otros países, como los propios Estados Unidos.
[32] Tras la prohibición del Partido Comunista en el verano de 1924 la situación empeoró, encontrándose la provincia muy deprimida económicamente y bajo ley marcial desde 1919.