Entre los autores más conocidos de esta época que trabajaban para Ullstein destacan Vicki Baum y Franz Blei.
El edificio tenía una altura de 76 metros y pertenecía al estilo del "Expresionismo en ladrillo".
En 1934, tras numerosas presiones de líderes nazis —como Hitler, Goebbels y Max Amann— e incluso del Deutsche Bank, la familia se vio finalmente forzada a vender la empresa a la Franz Eher Nachfolger,[5] la principal editorial del Partido Nazi.
En 1937 la compañía fue renombrada como Deutscher Verlag, como una empresa filial de Franz Eher Nachfolger, y a partir de 1940 comenzó a editar periódicos como el Deutsche Allgemeine Zeitung o el Das Reich y la revista propagandística Signal.
Tras el final de la contienda a la familia Ullstein le fue devuelta la empresa editorial, pero poco tiempo después se encontraron en apuros económicos.