Los esqueletos, bien conservados, son los únicos exponentes del Homo sapiens pertenecientes al Mesolítico localizados en Renania.
Los huesos estaban casi intactos y en condiciones tan buenas que los trabajadores pudieron reconocer partes de dos cráneos como restos humanos.
No existían capas de material poroso bajo o sobre el yacimiento, pero sí arenisca de cuarzo, que se había ido desprendiendo o había sido arrastrada por las aguas desde la terraza principal, a la altura del Kuckstein.
Esta pertenecía a las terrazas superiores del Rin y estaba en la misma posición geológica en varias zonas de los alrededores.
Sobre las circunstancias del hallazgo Verworn escribe: Las excavaciones realizadas en los días siguientes por los científicos de Bonn, pretendían confirmar si el hallazgo todavía se extendía en horizontal o en profundidad, y si en las proximidades era posible localizar otros yacimientos.
Rápidamente se comprobó que el lugar del descubrimiento ya había sido abierto en su casi totalidad.
Las fosas nasales son de tamaño moderado, y el paladar profundamente cóncavo.
La dentadura estaba completa durante la vida de la mujer, excepto el tercer molar superior derecho.
Al contrario que en el cráneo de la mujer, Bonnet señala una gran desproporción, por su ancho y por su escasa altura respecto a la frente moderadamente amplia y ligeramente inclinada, así como el cráneo bien redondeado.
Para el científico, ambos cráneos mostraban junto con inequívocas similitudes, algunas diferencias nada insignificantes.
„ En ambos cráneos“, sostenía Bonnet, „ se expresan las notables consecuencias de cruces genéticos ocurridos durante el Diluvium “.
[5] Junto a los restos humanos de la tumba en Oberkassel, las piezas trabajadas encontradas en ella son muy valiosas desde un punto de vista arqueológico, porque son una muestra importante del estadio cultural en el cual habían vivido los fallecidos.
Fueron, en 1914, el más importante indicio para la asignación del hallazgo de la tumba al Magdaleniense inferior.
20 cm de largo, y en su corte transversal el objeto es rectangular, con un bruñido muy fino; Verworn lo llamaba "Glättinstrument" (instrumento pulido).
Más importante todavía que el "peinador", de cara a la adscripción espaciotemporal de la tumba a un periodo determinado, resultó ser la segunda ofrenda, con la que ya en 1914 se podían trazar paralelismos con otros hallazgos.
Se tomaron muestras de la tierra enrojecida, a unos 80 metros del hallazgo original.
Según estos, ambos seres humanos vivieron en la fase del Magdaleniense tardío, en la época de transición hacia el Holoceno.
En los últimos años, varios artistas y científicos han realizado reproducciones gráficas o plásticas del Hombre de Oberkassel.
La figura, realizada según los estudios elaborados durante los años veinte y treinta del pasado siglo, muestra al llamado "Homo obercasseliensis" en cuclillas junto a un oso cazado.
En 1964, M. M. Gerassimow publicó un artículo en el que se dotaba a cráneos fosilizados de un rostro.
Una placa, colocada por la asociación cultural local, informa a los visitantes sobre los dos esqueletos y sobre el resto de objetos encontrados.
Todo visitante puede sentirse allí trasportado a la vida en ese lugar, tal y como era hace 14.000 años, en las postrimerías de la Edad del Hielo.