[3] También, es más conocido por su rol de Emiliano Pampañaupa en la serie televisiva Al fondo hay sitio.
En un inicio, Tulio Loza rechazó estas invitaciones al negarse a que Nemesio Chupaca Porongo se mostrara como un cholo tozudo e ingenuo, y solo aceptaría cuando se le permitió representarlo como el cholo avispado que él tanto quería mostrar.
Allí, Tulio Loza participó en sketchs cómicos junto a Jesús Morales, Antonio Salim y Justo Espinoza, conocido como Petipán.
[5] Posteriormente, el actor consiguió tener un programa propio que se llamó “Nemesio”.
A los dos años, y con un esquema más logrado, salió al aire La Revista de Tulio, el cual conducía, el ya conocido actor vestido con esmoquin y escoltado por dos bellas modelos al estilo de un maestro de ceremonias, y en donde realizaba también diversos sketchs representando a su personaje del cholo.
[11] Tras algunos años de trabajo continuo en televisión, y debido a cierta independencia económica adquirida hasta ese momento, Tulio Loza decidió fundar su propia empresa de cine denominada "Cinematográfica Apurímac S.A.", la cual inició sus operaciones en los años 1970.
Previo a ello, protagoniza la película Nemesio en 1969, compartiendo roles con la modelo Gladys Arista.
Este exilio resultaría conveniente para Tulio Loza, quien pudo hacer cine junto a personajes importantes del humor y el espectáculo argentino como Jorge Porcel, Moria Casán, Antonio Gasalla y otros cómicos de amplio reconocimiento en ese país.
En 1983, el actor realiza una nueva coproducción Peruano-Argentina que se llamó Compre antes que se acabe donde se mostraba a Argentina en sus momentos de depresión económica y la manera en como mucha gente acudía a ese país a comprar tiendas enteras aprovechando que la moneda peruana todavía estaba fuerte.
Un elemento que indiscutiblemente resalta en la carrera actoral y cómica de Tulio Loza, ha sido su gran identificación con el poblador 'cholo' y humilde proveniente de las provincias alto andinas del Perú, al cual procuró revalorar,[17] mostrándolo en sus personajes con un actitud irreverente, acriollada y positiva, muy distinta a la pasiva e ingenua con que los estereotipos tradicionales lo etiquetaban.
Por esos años, regresa a visitar su tierra después de mucho tiempo y es recibido entusiastamente por las autoridades.
Es nombrado “Hijo predilecto de Abancay”, ante el himno y bandera nacionales.