Su nombre proviene de palabra checa troska, en plural trosky, que significa «ruinas».[2] En el año 1398, Ota de Bergov consiguió el castillo y todas las tierras señoriales, que fue heredado por su hijo Ota quien, católico, fue perseguido por las tropas husitas, que asediaron el castillo en el año 1424.No se conservan cuadros ni grabados, ya que todos los archivos fueron quemados.[2] Algunas fuentes revelan que el único cuadro histórico de Trosky lo robaron los suecos durante la guerra de los Treinta Años del palacio Hrubá Skála y lo llevaron a Suecia.Más tarde, el castillo pasó bajo propiedad del Estado y a ser administrado por el Instituto Nacional de Monumentos.