Triunfo del Sacramento

[2]​ Francisco de Herrera el Mozo realizó un viaje a Italia en algún momento entre 1647 (fecha en la que se sabe con seguridad que aún se encontraba en Sevilla) y 1653 (cuando ya hay constancia de su presencia en Madrid).

[2]​ La obra fue estudiada y reproducida a través de los diversos bocetos que Herrera acostumbraba a hacer o del propio original, y por ello diversas copias han llegado hasta nosotros.

El Concilio mencionaba que esas definiciones estaban basadas en «esta antigua fe, fundada en el sacrosanto Evangelio, en las tradiciones de los Apóstoles y en la doctrina de los Santos Padres».

La Iglesia defendía la llamada transubstanciación o conversión de las substancias del pan y vino eucarísticos en el cuerpo y sangre de Cristo, mientras los diversos grupos protestantes lo negaban.

[2]​ En primer término pueden reconocerse a san Agustín (con mitra de obispo) y a san Buenaventura (con hábito franciscano y capelo cardenalicio).

El historiador del arte Alfonso E. Pérez Sánchez, ex director del Museo del Prado, dijo del cuadro que «representa quizá la culminación de este tiempo, por la espléndida belleza de su colorido cálido y centelleante, y por la eficacia de las grandes figuras a contraluz, aquí audazmente colocadas de espaldas, creando un espacio circular ideal, en torno al sacramento, a cuyo alrededor revolotean unos ángeles niños disueltos por completo en el destello luminoso que despide la custodia.»[6]​ La composición del cuadro es la más barroca de Francisco de Herrera el Mozo[2]​ y aquella que evidencia mejor lo aprendido en su etapa italiana.