La presidencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha recae desde 2005 en Vicente Rouco, quien, en la actualidad, cumple su tercer mandato consecutivo y último permitido por ley.
[1] Tras unos comienzos difíciles, en el que se produjeron diversos traslados, el tribunal se estableció de forma permanente en la ciudad, construyéndose un edificio propio, obra del arquitecto albaceteño Francisco Jareño, que se asentó sobre el antiguo convento de San Agustín.
En todo caso, la alta corte de Castilla-La Mancha es competente en los órdenes jurisdiccionales civil, penal, contencioso-administrativo, social y en los que puedan crearse en el futuro.
La Ley Orgánica del Poder Judicial determina el alcance y contenido de los indicados recursos.
En la actualidad cumple su tercer mandato consecutivo, último permitido por ley.