Sin embargo, desde finales del siglo XX, las entregas de agua de México a Estados Unidos han sido insuficientes,[2][3] generando conflictos que han incluido tensiones diplomáticas y enfrentamientos entre agricultores mexicanos y las autoridades.
[6] El artículo 25 del tratado creó un "sistema de minutas", un mecanismo que permite realizar cambios rápidos para adaptarse a las variaciones del flujo de agua, condiciones ambientales y accidentes técnicos.
UU., la rama mexicana de la CILA y la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA).
Estados Unidos, tras una protesta inicial, aceptó en 2002 trasladar el déficit a otro (tercer) ciclo de 5 años.
Estados Unidos afirmó que las obligaciones internacionales tienen la máxima prioridad en el río, y almacenar el agua en los afluentes superiores para su uso doméstico no es aceptable.
En cualquier caso, no está claro si México podrá cumplir con sus obligaciones debido a los niveles muy bajos en los embalses de La Boquilla y Francisco I.