Para asegurar el éxito del procedimiento se suelen ajustar a los ejemplares liberados en el nuevo hábitat, dispositivos para seguimiento mediante teledetección.
Un ejemplo ocurre con los elefantes, cuando sus efectivos superan los números que las reservas naturales pueden sostener, invaden áreas agrícolas de los alrededores.
Para evitar el conflicto con los pobladores, se recurre a traslocaciones hacia áreas con buena potencialidad para la especie, donde la misma presenta aún bajos números o ha sido extirpada.
[19] Este técnica encierra algunos potenciales riesgos, tanto para los ejemplares trasladados como para la población en la biocenosis receptiva o para las comunidades humanas de dicha zona.
[1] Para evitar actitudes hostiles, antes del traslado se debe realizar un intenso trabajo de difusión en las localidades, promoviendo las necesidades y ventajas del programa, que este sea comprendido, aceptado y apoyado por las comunidades locales, a la vez que implementar algún tipo de compensación económica para los productores damnificados.