[1] Por encima de la ropa interior, se ponían las tres piezas que formaban el traje, chupa, calzón y como prenda exterior la casaca.
[1] Los calzones se usaban por encima del calzoncillo y llegaban desde la cintura hasta debajo de las rodillas.
En un principio la casaca iba completamente abrochada y no dejaba ver la chupa, posteriormente la prenda se ciñó más al cuerpo.
Las mangas eran anchas y llegaban por debajo del codo, desde donde se hacían visibles los puños de las camisas.
El rey francés adoptó alrededor de 1670 la casaca (justaucorps) y la cravete (corbata), que tenían un origen militar, como indumentaria civil.
A estas prendas se unieron la chupa (veste) y el calzón (culotte) para formar el traje que imperaría en Europa durante mucho tiempo.
Finalmente la moda francesa se impuso en España, al igual que en las restantes cortes europeas.
En España, perduró esta vestimenta durante todo el siglo XVIII e incluso se siguió utilizando en los principios del XIX como traje de corte.