Según el último recuento de víctimas, la tragedia se ha saldado con al menos 156 fallecidos y 152 heridos.
[1][2][3][4] Es la peor catástrofe en Corea del Sur desde el naufragio del Sewol en 2014, en el que murieron más de 300 personas,[5] y el mayor siniestro masivo en Seúl desde el derrumbe de los grandes almacenes Sampoong en 1995, en el que murieron 502 personas y 937 resultaron heridas.
El presidente Yoon Suk Yeol y su administración se enfrentaron a una serie de protestas que exigían su dimisión, aunque no lo hizo.
Esto impidió que los servicios de emergencia pudieran acceder a la calle.
Fotografías y videos en las redes sociales mostraron escenas de confusión mientras los asistentes al festival vestidos con disfraces intentaban resucitar a los heridos.
[13][14] Se han confirmado 155 fallecidos y 152 heridos, lo que eleva a 307 las víctimas de la catástrofe.
También se proporcionó asistencia psicológica a las escuelas en las que estudiaban las víctimas.
[39] Entre los fallecidos había 26 extranjeros,[37] entre los que se encontraban ciudadanos de Australia, Austria, China, Estados Unidos, Francia, Irán, Japón, Kazajistán, Noruega, Rusia, Sri Lanka, Tailandia, Uzbekistán y Vietnam.