Al llegar en el año 1519 los conquistadores españoles a la ciudad mexica de México-Tenochtitlan, describen que en el palacio del emperador este poseía, además de grandes y cuidados parques y un jardín botánico,[2][3] una notable colección faunística.Tampoco está claro si su estructura era la de una única unidad mayor o bien se componía de varias subestructuras o construcciones adyacentes con objetivos disímiles, desplegadas en un espacio muy grande, cada una a su vez subdividía en espacios menores.En sectores se mantenían gusanos, roedores, venados, aves gallináceas y pavos, muchos de los cuales eran utilizados para alimentar a las especies carniceras.En las jaulas se mantenían jaguares, pumas, linces, lobos, coyotes, zorros, osos, ocelotes, felinos medianos, pecaríes, bisontes, etc.En ella se mantenían numerosas especies de aves rapaces, desde las grandes águilas reales hasta pequeños halcones.Además del sector de aves rapaces, otro segmento era destinado a otras aves no acuáticas, donde destacaban los loros y guacamayos, pájaros pequeños y coloridos, quetzales y gallináceas, etc. Para esa época en España las serpientes eran los animales más aborrecidos, por lo que les causó gran sorpresa que allí se mantengan en cautividad numerosas especies de estos reptiles, los que incluso se reproducían.