Torre del Reloj de San Vicente

La torre es un icono de la ciudad y a su vez tiene el privilegio de tener un monumento para la perpetuidad, cuando se ordenó la construcción de la torre se decidió colocar en ella un reloj, popularmente el monumento se utiliza también para nombrar al reloj.

Al Comité de Obreros y otros colaboradores, aún trabajando con empeño, les fue imposible obtener los fondos necesarios para realizar la obra.

Los primeros constructores de la torre fueron los señores Don Eugenio Grepiat y Don Luis Esterman, habiendo celebrado un contrato con el Gobernador departamental y con el Comité Pro-Torre.

Viendo el Gobernador y el Comité que al edificio en construcción le hacía falta una base sólida, suspendieron la obra y pidieron a la oficina de Obras Públicas que enviaran a un ingeniero para que avalara el avance de la construcción.

La oficina accedió enviando al Lucio Cappellaro, quien a criterio propio corrigió la construcción, presentando los planos que transformaban la obra desde el 2º piso hacia arriba, fue el quien dio fin a la construcción de la monumental torre.