De la historia de la torre, se conoce que en la segunda mitad del XVIII tuvo lugar la reparación del reloj que existe sobre la primitiva torre, a cargo del maestro relojero sevillano José Varales; y que se decidió también por entonces su reforma.
Pero en el año 1757, por problemas técnicos, se decide levantar una nueva torre sobre el arco, en lugar de la reforma proyectada.
Su construcción se considera resultado de distintas reformas y modificaciones.
Toda la torre está realizada con la característica piedra ostionera de la zona, bien labrada y con sus juntas muy marcadas, al igual que la iglesia vecina, aunque no son coetáneas; pues ésta se comienza a levantar en 1776, algunos años después de acabada la torre.
Sobresalen en ésta las fuertes cornisas horizontales que separan los distintos cuerpos entre sí, los rehundidos y fajeados que rodean los huecos de los cuerpos centrales, hoy cegados, y las finas pilastras adosadas en esquina.