[1] Este tipo de conjunto arquitectónico rural tenía dos zonas claramente diferenciadas, por una parte estaba la masía y por otra la torre.
La torre se adapta a las necesidades del uso residencial que se hacía de ella, representando el edificio principal de la explotación agraria, pese a que en un primer momento tuvo también un destacado papel defensivo.
[1] Hoy en día, la torre tiene adosada una ampliación y pueden contemplarse a su lado dos construcciones más modernas.
[1][2][3] Durante el siglo XVI las torres masías se asocian a los palomares que se sitúan en la cubierta, lo cual les hace adoptar aspecto muy concreto, con pilones a modo de almenas de resonancias militares.
Además estos palomares podían cumplir funciones de aviso ante ataques.