Tonada de Otoño
La contemplación de las montañas con azules intensos; el cielo con un degradé de colores, que pasaba por azules y celeste sobre el cenit y naranja cuando se aproximaba a la montaña y rojo allí donde los cerros se habían tragado al sol; los árboles de la zona que andaban todos amarilleando; y había algo en el aire, invisible, pero certero en las emociones."A lo que Jorge respondió: “¿Yo le hice una poesía al otoño?”.Cuando Damián terminó de mostrarle su nueva composición, Jorge dijo: "Bueno, una tonadita más".[2] La tonada está construida sobre la base (A-A-B) que se repite en la segunda parte.Hay que andar con el alma hecha un niño Comprenderle el adiós a las hojas Y acostarse en un sueño amarillo Tiene el canto que baja la acequia Una historia de duende del agua Personajes que un día salieron A poblarnos la piel de tonadas La brisa traviesa se ha puesto a juntar Suspiros de nubes cansadas de andar Esta lluvia que empieza en mis ojos No es más que un antojo de la soledad Es posible encontrar cada nombre En la voz que murmuran los cerros El paisaje reclama por fuera Nuestro tibio paisaje de adentro Con la tarde volver en gorriones A morirnos de abrazo en el nido Y tener un amigo al costado Para hacer un silencio de amigo La noche nos dice al llevarse al sol Que siempre al recuerdo lo inicia el adiós Para quien lo ha vivido en Mendoza Otoño son cosas que inventó el amor Para quien lo ha vivido en Mendoza