es una planta originaria de Sudamérica (Región andina que actualmente comparten los países Colombia, Ecuador, Bolivia, Perú Chile y Venezuela).
Desde su llegada, los españoles apreciaron las cualidades organolépticas del tomate, llamado en aquel tiempo, “jitomate” o “xitomate”.
Parece que ya en esa época existían gran diversidad en cuanto a variedades, tamaños, formas y colores del fruto.
Fuera del área mesoamericana el tomate era totalmente desconocido y su entrada en el continente Europeo fue desigual.
En países como España, Portugal e Italia se utilizó desde un principio como alimentación humana, mientras que en otros países más al norte fue usado sólo con fines ornamentales, debido a la coloración de sus flores y frutos, siendo utilizado como hortaliza a finales del siglo XVIII.
[1][3] Entre las teorías del origen propio del cultivo de esta variedad, conocido comúnmente como tomate margariteño, se encuentran referencias a un ancestro común conocido como "Ponderosa Red", debido a las semejanzas de la planta y el fruto.
Este cultivar fue distribuido en Venezuela por la empresa Burpee Seeds, compañía de origen estadounidense especializada en semillas, cuyos inicios se remontan al siglo XIX.
Este fruto es de excelente calidad, debido a su gran tamaño, acidez, textura, color y sabor.
Las zonas productoras del tomate margariteño más preciadas se ubican en: Guacuco, La Sierra, El Salado, Paraguachí, La Fuente, Guarame, Valle de Pedro González y San Juan Bautista ya que ofrecen mayores extensiones de tierras para el cultivo y acceso a aguas para el riego(1).
VARIACIÓN DE LA COMPOSICIÓN QUÍMICA DEL TOMATE MARGARITEÑO (Lycopersicon esculentum, VARIEDAD ESPAÑA) DURANTE SU ALMACENAMIENTO.