Tomás de Suria

Tomás de Suria o Suría (Madrid, 1761-México, 1844) fue un dibujante, grabador y medallista español afincado en México.

Participó como dibujante en la expedición Malaspina a la que se incorporó en Acapulco en 1791 y acompañó hasta Alaska.

[2]​ Tras despedir a los dos dibujantes que lo habían acompañado desde España, y a la espera de que se incorporasen los italianos Juan Ravenet y Fernando Brambila enviados para sustituirlos, Malaspina solicitó en octubre de 1790 al conde de Villagigedo, virrey de la Nueva España, que le proporcionase un dibujante «que fuera muy útil para la comisión [...] persona experta en el dibujo y en la perspectiva, aunque no lo fuese en el colorido, que quisiese seguirnos en esta campaña y restituirse luego a México».

[7]​ El 8 de julio prosiguieron viaje hacia el norte hasta alcanzar las islas Montague y Magdalena y la entrada de la ensenada del Príncipe Guillermo, donde Malaspina decidió no pasar más al norte y dirigirse a Santa Cruz de Nutca.

[8]​ Suria hizo dibujos de los bailes con los que fueron recibidos y retrató al cacique secundario Tlupanamibo o Tlupanamabo, según lo llama, que se declaró amigo y protector de los españoles, previniéndoles contra el jefe principal Macuina, del que Suria hizo hasta tres retratos.

[8]​[10]​ Pudiera también tratarse de un malentendido con uno de los ceremoniales organizados por sociedades secretas entre las que destacaba la sociedad caníbal con la dramatización del rapto por un ser sobrenatural previo a la integración en sociedad del novicio.

Baile en la playa. Fiesta organizada por Tlupananuhl. Isla de Nutca , Columbia Británica, Canadá. Dibujo a pluma y aguada sepia tomado durante la expedición Malaspina, 1789-1804. Museo Naval de Madrid .
Macuina , jefe Nutca. Dibujo a lápiz sobre papel verjurado. Madrid, Museo de América .
La Madre Santísima de la Luz . Ilustración de Carta apologética a favor del título de madre santísima de la luz: que goza la reyna del cielo María purísima señora nuestra, y de la imagen que con el mismo título se venera en algunos lugares de esta América de José Antonio Alcocer, impresa en México, por Felipe de Zúñiga y Ontiveros, 1790.