Tito Albucio

Hizo sus estudios en Atenas, y se afilió a la escuela epicúrea.

[1]​ Así mismo, elogia en Brutus su elocuencia y conocimientos de la literatura griega.

Lucilio, en cambio, se burlaba de su amor inmoderado por Grecia.

En 105 a. C. fue nombrado pretor de Cerdeña, donde tras una insignificante victoria sobre unos ladrones, celebró un triunfo.

De vuelta a Roma, solicitó al senado el mismo honor, que le fue denegado, e incluso fue acusado por Cayo Julio César,[2]​ y condenado al exilio.