Normalmente los tipos se distinguen por su forma básica, configuración y escala, pero no por su estilo arquitectónico concreto, color, o incluso uso preciso.
Al principio, los tipos fueron tomados como modelos ideales que podrían ser copiados de diversas maneras.
UU., por ejemplo, existen varios tipos residenciales, tales como apartamentos, casas con jardín, y viviendas de gran altura.
Cualquier persona puede comenzar a identificar los tipos simplemente observando los edificios comunes en un lugar.
Los diseñadores arquitectónicos y urbanos documentan los tipos más exhaustivamente, mediante su medición, datándoles, anotando cambios similares al tipo que surge con el tiempo, e identificando sus lugares recurrentes en la ciudad.
Esto les permite trabajar con rapidez para determinar las partes del diseño que son específicas: los materiales, la orientación, la estructura, las dimensiones específicas, entrada, etc.[3] Una escuela de pensamiento en Italia, dirigido por el difunto Salvador Muratori, reconoce la importancia de la tipología en proporcionar continuidad en la ciudad.
[2] Estos arquitectos han tenido una gran influencia en el reconocimiento de la función de los tipos para la arquitectura moderna, donde se anima, para los edificios más nuevos, a asimilar activamente muchas características tipológicas, sin imitar los estilos históricos.
Los tipos de patio también son importantes en las mezquitas, centros comerciales, y algunos hoteles.