La tipografía española como tal, ha sido modificada y adaptada constantemente por lo que es sumamente difícil identificar cuáles son sus características o qué la diferencia de las diseñadas en otros países.
Este trabajo, que nunca tuvo gran aceptación en España, consistía en crear un tipo en metal para, posteriormente, hacer duplicados (fundiciones) y utilizarlos durante la composición del texto que se iba a imprimir.
Actualmente, dichas voces han sido relegadas por la de tipógrafo, vocablo también aplicable al impresor, cajista, o cualquier otro relacionado con «el arte de imprimir», tal y como lo define el Diccionario de la RAE.
Por eso aquí únicamente se hace referencia a «grabadores de punzones» o «tipógrafos», en tanto en cuanto a la creación de una letra de molde, para la primera definición, o una tipografía digital, para la segunda.
Se caracteriza por importar letrerías flamencas antes que favorecer el crecimiento y desarrollo del arte en España.