Religión y poesía se vincularon en su hogar para acrecentar su sensibilidad natural.
Poetisa precoz, con diecisiete años publicó un breve poemario que pasó inadvertido: Tristes mirajes, que vio la luz gracias al mecenazgo del general y poeta Juan José Cañas, uno de sus primeros mentores.
Por esa época Claudia Lars mantenía relaciones sentimentales con el poeta Salomón de la Selva.
Allí conoció a Le Roy Beers, con quien contrajo matrimonio tras un breve período de noviazgo.
Claudia Lars volvió a frecuentar los cenáculos literarios, en especial el congregado alrededor del poeta Alberto Guerra Trigueros, compuesto por escritores como Alberto Masferrer, Salarrué y Serafín Quiteño.