Formó parte del Parlamento y apoyó al rey Carlos I de Inglaterra.
Llamado nuevamente a Inglaterra, se convirtió en el principal consejero del rey, tratando de fortalecer la posición real frente al parlamento.
Una vez la petición fue firmada (a regañadientes) por Carlos I, Wentworth decidió apoyar a la corona, diciendo "La autoridad de un rey es la clave que cierra el arco del orden y el gobierno".
Posteriormente, se enfrentaría con Eliot, que quería llegar a un compromiso con los Lores para dejar actuar al rey sin control parlamentario en situaciones de emergencia.
Optó por la primera postura, iniciando una dura represión y afirmando que estaba manteniendo la antigua constitución mientras sus oponentes querían alterarla.
Sin embargo, la mano dura de Wentworth logró algunas mejoras y contribuyó a fortalecer la administración irlandesa.
Se vio obligado a gobernar un pueblo que aún no había alcanzado cohesión como nación, y entre el que se habían introducido colonos ingleses y escocés (ver Colonizaciones de Irlanda), algunos de los cuales, como los ingleses viejos, descendientes de los primeros normandos, continuaban siendo católicos, mientras que otros se habían convertido al protestantismo.
No obstante, todas estas medidas fueron aplicadas de modo arbitrario, lo que las convirtió en impopulares.
Entre las víctimas de sus arbirariedades se cuentan el Lord Canciller Loftus y, sobre todo, Francis Annesley, Vizconde Valentia, al que Wentworth sentenció a muerte en orden a obtener la renuncia de su cargo, para luego perdonarlo.
Solamente el condado de Galway se resistió, y la confiscación fue efectuada por el Tribunal del Excheques, mientras que Wentworth multó al sheriff con 1000 libras por convocar un jurado y cito a los jueces a la cámara del castillo para responder por sus acciones.
Cuando los escoceses puritanos se rebelaron, abogó decididamente por adoptar medidas represivas, enviando 2.000 libras del rey como aportación para la guerra, pero oponiéndose al mismo tiempo a una invasión de Escocia sin que el ejército estuviera preparado y recomendando ciertas concesiones en el terreno religiosa.
Wentworth fue convocado a Inglaterra en septiembre de 1639 para tratar de ayudar a resolver los problemas internos del país; concretamente, bancarrota y la guerra con los convenanters escoceses, convirtiéndose en el principal consejero del rey.
Carlos, aconsejado por - o traicionado por - Henry Vane el Viejo, volvió a su demanda de doce subsidios; y el 9 de mayo, en la reunión del consejo privado, Strafford, aunque reticente, votó la disolución.
El Parlamento Largo se reunió el 3 de noviembre de 1640, y Carlos llamó inmediatamente a Strafford a Londres, prometiendo que "no sufriría en su persona, honor o fortuna".
Llegó el 9 de noviembre y al día siguiente pidió al rey la desestimación del proceso acusando a los líderes del partido popular de relaciones impropias con los escoceses.
Se puso especial énfasis en las palabras pronunciadas por Strafford: "Teneis un ejército en Irlanda que podeis emplear aquí para reducir a este reino.".
Strafford aprovechó los puntos débiles de la argumentación en su contra, y los Lores, sus jueces, le favorecieron.
En este punto, Strafford se había convertido en una especie de símbolo del absolutismo, y el Parlamento consideró que necesitaba eliminarlo.
[4] Strafford se encontró con su destino dos días después en Tower Hill, tras recibilr la bendición del Arzobispo Laud, por aquel entonces también encarcelado en la Torre.
Su pariente, otro Thomas Wentworh, en este caso conde de Cleveland, asistió a la ejecución y luchó en el bando realista durante la Guerra civil inglesa.