Era un antiesclavista convencido, partidario del abolicionismo, y a estos temas consagró su novela The Quadroon (1856).
Admirador de lord Byron, escribió unas setenta novelas de aventuras que se hicieron clásicas al lado de las de Frederick Marryat, Emilio Salgari y Robert Louis Stevenson; ambientadas la mayoría en el lejano y medio Oeste estadounidense, también lo fueron en México, Cuba, Perú, Argentina, Paraguay, Sudáfrica, el Himalaya, Jamaica y las islas del océano Pacífico, protagonizadas por cazadores, piratas, guerrilleros, rebeldes, esclavos cimarrones, gauchos, balleneros, bóeres, indios, criollos, rangers, bandoleros, navegantes, pioneros, polizones y aventureros en general.
Evocan la cultura indígena a través de un inglés esmaltado de españolismos e indigenismos y obtuvieron un éxito considerable e innumerables traducciones a todas las lenguas cultas en los siglos XIX y XX que le granjearon muchos réditos.
Con todo, no se le daba bien administrarse y quebró una vez, aunque logró pagar enseguida sus deudas.
Por otra parte, fue además un campeón de croquet, y escribió un libro sobre este juego (Crocket, 1863).