Rebecca (Olivia DeJonge) y Tyler (Ed Oxenbould) se preparan para pasar una semana con sus abuelos Freddy (Peter McRobbie) y Maria Bella (Deanna Dunagan), mientras que su madre Paula (Kathryn Hahn) se va de crucero con su nuevo novio.
Los dos niños, que jamás han conocido a sus abuelos, pretenden grabar un documental sobre su visita.
Una vez se han asentado en la aislada granja de sus abuelos, estos les dicen a Rebecca y Tyler que no bajen al sótano porque hay moho tóxico.
Rebecca se lo dice a Freddy, pero este no le da importancia, asegurando que simplemente tenía un cólico.
A pesar de que al principio Rebecca y su madre achacan estos problemas a la demencia senil (pues luego Freddy les dice que Maria Bella sufre del llamado "síndrome vespertino", lo que la vuelve más errática durante la noche, y el mismo Freddy parece sufrir Alzheimer), y Tyler se empeña en que algo raro sucede, pero cuando Rebecca encuentra a Maria Bella riéndose sola en su mecedora y diciendo que tiene un "ataque de oscuridad", y luego va a buscar a Freddy al granero y tiene el rifle en la boca, se da cuenta de que algo grave está ocurriendo.
Rebecca decide hacerle caso a Tyler y dejar una cámara grabando durante la noche en el salón.
Se inventan una excusa para salir de la casa, pero justo cuando abren la puerta, se encuentran a Stacy, la mujer del hospital, ahorcada en el árbol de en frente, y justo el impostor llega y les dice que entren, que van a jugar a un juego de mesa.
Rebecca, asustada, se gira y tiene que estar de cara al espejo (algo que no podía hacer, pues desde la marcha de su padre sentía que no valía nada) y de pronto la anciana la golpea contra el espejo y la arrastra hasta la cama para intentar estrangularla, vomitándole encima.
Rebecca, que había cogido un trozo de espejo, la apuñala y luego escapa.
Tyler, que sufría un trauma porque estaba convencido de que debido a no haber reaccionado en un partido su padre les había abandonado, se lanza sobre Mitchel y le golpea la cabeza con la puerta de la nevera, matándolo.
Los dos escapan justo cuando llega la policía y su madre les lleva hasta el coche.
[7][8] Todos los estudios de Hollywood rechazaron el corte preliminar y Shyamalan temía perder los millones que había invertido en la película.
Finalmente logró un equilibrio intermedio y editó la película como un thriller, lo que, según él, ayudó a unir los diferentes elementos, ya que "podían permanecer al servicio de la película".
A Paul Cantelon se le atribuye el "tema del epílogo".
Es ricamente humanística, llena de personajes esbozados individualmente que a menudo brillan con ingenio y sorprendente decencia".
[18] En The New York Times, Manohla Dargis describió la película como "un cuento de hadas divertidamente sombrío".
Shyamalan ha vuelto a lo básico, "con una historia y una escala simplificadas, un reparto (excelente) en gran parte desconocido y uno de esos cuentos con tintes clásicos sobre peligros infantiles que han asustado a las audiencias de forma fiable durante generaciones".
[19] Ella, junto con otros críticos,[20][21] vio la película como una versión moderna del clásico cuento de hadas Hansel y Gretel .