Gerry Boyle (Brendan Gleeson) es un policía de un pequeño pueblo irlandés que posee una personalidad conflictiva y un sentido del humor subversivo.
Su madre se está muriendo, si bien ello no le impide disfrutar de su principal “afición”: las prostitutas.
Esto le permite rascarse, sacar su pequeña pistola y matar a su oponente.
En la refriega que se organiza, mueren todos los traficantes y explota el barco con, aparentemente al menos, Boyle dentro.
Al día siguiente, Everett está mirando melancólicamente el lugar donde estos últimos hechos han sucedido.