Durante la Antigüedad tardía, el fonema griego representado por la letra θ mutó de la original aspiración (/tʰ/) a una fricativa dental sorda /θ/.
En español de España, este sonido equivale a «za / ce / ci / zo / zu».
En el inglés moderno, ejemplos del dígrafo th pronunciado como /θ/ son tooth (/ˈtuːθ/, «diente») o thunder (/ˈθʌndər/, «trueno»).
En irlandés antiguo y medio, th también se usó para /θ/, pero el sonido finalmente cambió a [h] (véase más adelante).
El inglés también usa th para representar la fricativa dental sonora /ð/, como en father (/ˈfɑːðə/, «padre») o there (/ðər/ «allí»).
Esta extensión inusual del dígrafo para representar un sonido sonoro es causada por el hecho de que, en inglés antiguo, los sonidos /θ/ y /ð/ estaban en relación alofónica entre sí y, por lo tanto, no era necesario distinguirlos rigurosamente en ortografía.
Este mismo proceso ocurrió en el castellano e italiano, aunque en estos idiomas directamente se eliminó la h. Por ejemplo, la palabra ortografía, que proviene del griego, ὀρθός orthós «recto», en alemán se escribe orthographie (/ɔɐ̯toːgʁafiː/), en francés orthographe (/ɔʀtɔgʀaf/) y en neerlandés orthografie (más comúnmente spelling).
Más modernamente, los idiomas francés, alemán e inglés ampliaron, por analogía, este criterio a las palabras para las cuales no existe una razón etimológica, pero en su mayor parte los sistemas de ortografía modernos lo han eliminado.
Las lenguas gaélicas irlandesa y escocesa la /t/ lenificada se silencia en posición final, por ejemplo: sgith (/skiː/, «cansado»).