[2] Sin embargo, al graduarse mostró mayor interés por la emergente industria audiovisual.
[4] El programa resultó muy popular en aquella época porque, hasta entonces, la sociedad nipona no estaba acostumbrada a que una mujer condujese un espacio de entrevistas y éstas solían ser más formales.
[4] A nivel internacional, Kuroyanagi se hizo muy popular en 1981 al publicar el cuento Totto-chan: La niña en la ventana, una autobiografía en la que narra la educación poco convencional que había recibido en la escuela durante la Segunda Guerra Mundial.
[7] En 1997 publicó un nuevo libro, Los niños de Totto-chan, en el que explica su trabajo como embajadora.
[1] En 2003, el emperador Akihito condecoró a Tetsuko Kuroyanagi con la Orden del Tesoro Sagrado.