Hubo más de 100 muertes y hasta 2585 heridos.
En el pueblo más golpeado, se reportaron varios cientos de estructuras en ruinas.
[3] Los equipos internacionales de socorro llegaron a la región en unos días.
[4] El principal problema encontrado en las áreas afectadas fue la falta de suministro de agua y electricidad, ya que estas instalaciones fueron aisladas por oscilación.
El Papa Juan Pablo II expresó su "sincera simpatía" por aquellas familias afectadas por el terremoto..[5] Pidió una rápida respuesta internacional al terremoto y dijo que mantendría a sus víctimas en sus oraciones.