[1] A menudo se establece como una prolongación externa de un negocio ya existente como puede ser un bar, un restaurante u hotel que se puede realizar a pie de calle bien sea en el espacio de una plaza, un jardín, un mirador con vistas, en el porche de un edificio, en una sala, o junto a otras terrazas en un bulevar.
Este servicio puede estar protegido con una pérgola (quitasoles o sombrillas) que protejan a los clientes de las inclemencias del tiempo, o que proporcione sombra.
La terraza quedará catalogada por el número de mesas a ser atendidas por los camareros.
Puede disponer de un área acotada con jardineras, vallas o toldos, y mesas y sillas suelen estar elaboradas con materiales que permitan ser montadas al comienzo de la jornada y desmontadas al final de la misma.
Su utillaje mínimo suele ser un servilletero un menú y un mantel puestos sobre la mesa.