La película, establecida en 2018, se centra en la guerra entre la humanidad y la red informática Skynet, y abandona la fórmula de la serie, con Schwarzenegger como el Modelo 101 Terminator que viaja al pasado para proteger o matar a alguien de importancia en el futuro.
En 2003, el reo Marcus Wright (Sam Worthington) está a punto de ser ejecutado, cosa con la que se muestra de acuerdo ya que desea ser castigado por sus crímenes.
Un año después, se activa la supercomputadora Skynet, la cual, considerando a la especie humana como una amenaza a su existencia, desencadena el evento conocido como El Juicio Final.
Sospechando de haber caído en una trampa John ordena su equipo retirarse, sin embargo, una explosión nuclear acaba con todos excepto él.
El muchacho se muestra sospechoso y molesto al ver que Marcus ha robado un uniforme de la Resistencia Humana, ignorando el honor que significa para Kyle y muchos otros llegar algún día a vestirlo.
John envía un mensaje por radio al resto de los fuertes y bases humanas, explicando las intenciones de los altos mandos, pidiéndoles que demuestren su humanidad y le den esa noche para rescatar a los rehenes; tras esto, secuestra y reprograma un mototerminator que utiliza para dirigirse solo a ayudar a Marcus.
Posteriormente, se conecta a una unidad de mantenimiento que restaura su aspecto humano.
Los líderes de la Resistencia inician el ataque, pero descubren que, exceptuando su submarino, todos los demás batallones se niegan a atacar hasta que John lo ordene; aun así, emiten la señal e intentan llevar a cabo el ataque solo con su nave.
Mientras tanto, Skynet revela a Marcus que la señal es un engaño, ya que nunca ha tenido una aplicación real en las máquinas excepto permitirles detectar el lugar donde se emite, siendo una estrategia para que la Resistencia delate su posición y permita a las máquinas aniquilarlos de forma definitiva.
John logra inmovilizar al Terminator al bañarlo en metal fundido y enfriarlo con nitrógeno; posteriormente, reanima a Marcus usando una conexión eléctrica como desfibrilador, pero esto le da al T-800 tiempo para liberarse y apuñalarlo en el pecho con una barra de metal, desatando la furia de Marcus, quien lo decapita.
Tras escapar y ser rescatados por sus compañeros, John hace explotar las instalaciones de Skynet.
Al final de la película se ve a John recuperándose del trasplante junto a la Resistencia Humana, quienes han ganado esta batalla y lo ven como su indiscutido líder, mientras se preparan para continuar la guerra contra Skynet, ya que saben que todavía no ha terminado.
El director Joseph McGinty Nichol afirmó en directo que las dos primeras películas de Terminator estaban entre sus favoritas.
La idea era que los acontecimientos en Terminator 2: el juicio final y Terminator 3: La rebelión de las máquinas hubieran alterado el futuro, lo que también les permitía ser flexibles con su presentación del mundo futurista.
Después de los 30 días, MGM alegó que el período durante el cual se suspendieron las negociaciones no contaba y que su plazo de exclusividad seguía abierto.
IDW Publishing dio a conocer además cuatro cómics, así como una adaptación.
Playmates Toys, Sideshow Collectibles y DC Unlimited, por su parte, fueron los encargados del merchandise.
Se estrenó también para la ocasión una montaña rusa en el parque Six Flags Magic Mountain.
Consideró además la actuación de Christian Bale como "unidimensional", pero encontró que sus compañeros de reparto "estaban mejor", diciendo que Sam Worthington tenía "una intensidad tranquila empañada solo por gritar '¡Nooooo!'
tres veces en unos 10 minutos", y que Anton Yelchin tenía "algunas de las mejores líneas".
[13] En contraste, James Berardinelli consideró el final como la mejor parte de la película, sintiendo que los primeros dos tercios eran "divagantes y desarticulados" y que la falta de un villano central solo se solucionaba cuando aparecía el T-800.
Scott de The New York Times dijo que la película tenía una integridad bruta, de la cual carecen otras franquicias del momento y una "narración eficiente y razonablemente ligera".
[17][18] Ben Lyons y Ben Mankiewicz le dieron a la película un "See It" ("mírala") y "Skip It" ("sáltatela"), respectivamente, en su programa At the Movies, mientras que este último mencionó que era "el peor estreno de verano de gran presupuesto que he visto en mucho tiempo".
[22] En Reel Power: Hollywood Cinema and American Supremacy, Matthew Alford argumentó que con la cuarta entrega, "la franquicia había hecho un cambio claro hacia el apoyo a las narrativas del establishment, a pesar de sus reservas anteriores" y que un "tema central" era si John Connor "debería dar prioridad a dar un golpe militar decisivo contra las máquinas o rescatar a algunos humanos capturados, que están sepultados, con reminiscencias de Auschwitz, por los Terminator".
Además dijo: "Las escenas flashforward a las tres primeras películas de Terminator insinuaban un horrible futuro de escape del dolor, privaciones y guerra de guerrillas ad-hoc", pero, en contraste, el productor Jeffrey Silver explicó que el Departamento de Defensa brindó una cooperación fantástica [a Salvation], porque reconocieron que en el futuro retratado en esta película los militares seguirán siendo los hombres y mujeres que nos protejan, pase lo que pase".