Psicoterapia centrada en el cliente
Como se decía, implica un "enfoque" que enmarca el proceso psicoterapéutico, más allá de ser una mera "técnica".Por ejemplo, según aseguraba el propio autor en el citado libro, el proceso psicoterapéutico fallaría si fuera aplicado como una técnica, ya toda acción terapéutica surge de unas determinadas actitudes reales por parte del psicoterapeuta (de ahí denominarlo "enfoque").Las investigaciones científicas y universitarias en muchas partes del mundo permitieron también el desarrollo sistemático de esta orientación psicoterapeutica.Para muchos el uso del término cliente puede resultar chocante y contrario al espíritu de la psicología humanista.La contrapropuesta es que no existe tal cosa como la enfermedad mental, sino formas disfuncionales de vivir.El solicitante es una persona, un ser humano que se enfrenta al servicio o proceso psicoterapéutico, y es así como toma el término cliente, ya que es una persona activa y participativa en la solución de su problema y, como parte de esa búsqueda activa, ha decidido iniciar este proceso psicoterapéutico.Según Rogers, el cliente es el que lleva el peso de la terapia (auto-directividad) y no el terapeuta.En un sentido filosófico, los terapeutas centrados en la persona consideran el ser humano como una persona que, durante su vida entera, vive en una interdependencia entre sus necesidades de autonomía y sus necesidades de estar relacionado con los demás y con la sociedad.