[3][4][5] El objetivo de la TAA es mejorar el aspecto social, emocional o funciones cognitivas, la revisión literaria refiere que los animales pueden ser usados en el ámbito educativo y como motivación efectiva para sus participantes.No existe base científica para el tratamiento del autismo, otro tipo de discapacidad intelectual o enfermedades mentales.Los criterios incluyen tamaño, edad, aptitud, comportamientos típicos y el nivel correcto de entrenamiento.[16] En la terapia asistida por perros, los perros de terapia interactúan con los clientes en intervenciones asistidas por animales para mejorar las actividades terapéuticas y el bienestar, incluido el funcionamiento físico, cognitivo, conductual y socioemocional de los clientes.[17][18][19] Los perros de terapia bien entrenados exhiben el comportamiento que los clientes humanos interpretan como amigable y acogedor.Los perros son los animales más utilizados para el bienestar humano, ya que poseen una gran capacidad de interpretar las emociones, además tienen un comportamiento amigable para el individuo.El TEA es un área donde se ve un mayor éxito de la intervención activamente con animales, en este caso la intervención con perros demuestra una disminución de la ansiedad y estrés en el pacientes, igualmente se ha demostrado que proporciona un progreso en la comunicación y socialización.Según estudios realizados, se pudo demostrar que la interacción con estos animales reducía la agresión verbal, disminuyendo de igual manera las conductas agresivas que se tienden a presentar en estos pacientes.Finalmente, los resultados muestran como las intervenciones asistidas en grupos clínicos neurológicos específicos, como lo es en este caso el Alzheimer, logran una mayor eficacia como método complementario a otras terapias ya existentes.Según Marty Becker, los programas de hipoterapia son activos "en veinticuatro países y las funciones del caballo se han expandido a la equitación terapéutica para personas con problemas físicos, psicológicos, cognitivos, sociales y de comportamiento".La hipoterapia también ha sido aprobada por la American Speech and Hearing Association como método de tratamiento para personas con trastornos del habla.Esta forma de terapia ha sido fuertemente criticada por no tener beneficios a largo plazo y por estar basada en observaciones defectuosas.Esto sin duda se da por medio de una selección, pues no todos los animales son aptos para adquirir estos aprendizajes.Por último, las pruebas de temperamento y salud en general son indispensables para determinar si la mascota puede comenzar con el trabajo.Es necesario realizar revisiones médicas ya que todo animal que estará en contacto con personas delicadas y cuyas defensas en su organismo son bajas, debe estar completamente sano y libre de cualquier infección o parásito.Una conversación entre dos o varias personas puede iniciarse a partir de una gracia que haga el animal o alguna experiencia relacionada al tema que se venga a la mente y se desee compartir.Esto permite cambiar por completo la actitud y visión de las personas con este tipo de problemas emocionales, al mismo tiempo que aprenden valores que enriquecerán su vida a nivel personal y social.Esto resulta muy valioso para todo el equipo médico que tiene la oportunidad de prevenir y salvar vidas humanas.Hoy en día, en distintas partes del mundo, perros y otros animales pequeños son llevados a cárceles tanto de mujeres como de hombres para erradicar las acciones y sentimientos violentos que estos puedan presentar.La tristeza, la depresión, la ansiedad, entre otras manifestaciones comunes dentro de estos dos lugares, pueden ser tratados y equilibrados teniendo contacto con un perro, gato, conejo u otra especie entrenada.El Dr. Boris M. Levinson (1960), en su libro "Psicoterapia Infantil Asistida Por Animales", relata las experiencias vividas junto a su perro y pacientes introvertidos que perdían todas sus inhibiciones y miedos gracias a la presencia del can en el consultorio, ya que este favorecía la comunicación entre el psiquiatra y sus pacientes (Revista San Marcos al Día N.º 46 de la Universidad Nacional, 2002).