Esta etiqueta no incluye las teorías que aún no han ganado el amplio apoyo de la comunidad científica —protociencia o ciencia marginal—, ni tampoco las teorías que nunca fueron ampliamente aceptadas o sólo fueron apoyadas en países muy específicos, como por ejemplo el lysenkoismo.
Karl Popper sugirió que todas las teorías científicas deberían ser verificables o de otra forma no podrían ser probadas experimentalmente.
Cualquier cosa que no pueda probarse falsa experimentalmente sería por tanto un axioma y tendrá un estatus absoluto, más allá de cualquier refutación.
Son teorías que ya no se consideran la representación más completa de la realidad, pero que son aún útiles en dominios específicos.
Para muchas teorías se conoce un modelo más completo, pero en la práctica usar una aproximación más gruesa proporciona buenos resultados con mucho menor esfuerzo.