Teología del cuerpo

En la reflexión sobre esa idea, llega a una visión integral que permite una respuesta adecuada al problema del matrimonio y de la procreación.

Por tanto, se trata de establecer lo que Juan Pablo II llama una “antropología integral” o mejor una teología del cuerpo.

El segundo ciclo, llamado "La redención del corazón", consta de 40 catequesis.

Los puntos a los que san Juan Pablo II dedica mayor atención son dilucidaciones sobre el significado de la soledad inicial del hombre, la unidad originaria de hombre y mujer, y la desnudez sin pudor.

La intención del Papa Juan Pablo II es configurar una antropología adecuada por medio de una reflexión teológica (por sus fuentes) y filosófica (por el método fenomenológico empleado) sobre la corporeidad.

La definición de antropología adecuada la ofrece en una catequesis: Por tanto dos son los principios metodológicos: la así llamada "reducción" (que el Papa opone al "reduccionismo") y la búsqueda de lo que es "la experiencia esencialmente humana".

Según el Cardenal Cafarra la noción de "reducción" hay que ir a buscarla en obras anteriores del Papa como Persona y acto y es esencialmente un método que tras una inducción intenta dar una explicación de sus conclusiones[1]​ o según una expresión usada con posterioridad por el Pontífice: "ir del fenómeno al fundamento".

Con estos elementos y a partir del análisis de otras obras filosóficas de Karol Wojtyła, Carlo Caffarra ofrece una definición de antropología adecuada: Huelga decir que el método, aunque con bases filosóficas, es teológico: la Revelación es el punto de partida para cada reflexión y en especial Cristo que "manifiesta el hombre al hombre mismo y le da a conocer su altísima vocación".

Gn 1, 26-31 y Gn 2, 7-25) para mostrar la vida del hombre antes del pecado y el designio divino en relación con él pues a ese "principio" se refiere Jesús: Así, el Papa presenta esa mención al principio no sólo como un recuerdo de una situación sino también un reclamo que tiene consecuencias morales.

Se requieren mutuamente, recíprocamente, interiormente en orden a una comunión de personas.

El Papa afirma que la unidad de la carne -que se da en el acto conyugal- por un lado "expresa" una superación siempre nueva del límite de la soledad al asumir la soledad del cónyuge como propia y, por otro lado, expresa y revive el misterio de la creación cuando el hombre estaba solo: si unidos son una sola carne esa carne vuelve a estar sola.

Por tanto, su identidad más profunda la expresa en el acto conyugal que es un don de amor libre y gratuito.

Según recuerda Jesús, en la resurrección los hombres serán perfectamente personas porque verán a Dios.

Mt 5, 27.28), es decir, en el origen, recuerda también al hombre la verdad del cuerpo y su naturaleza de don.

Papa Juan Pablo II, impulsor de la Teología del Cuerpo