Se restauraron las estatuas en tiempos del Emperador romano Septimio Severo y este curioso sonido cesó para siempre.
Tras el peristilo estaba el sagrario sobre un montículo, del cual se han conservado escasos restos.
Lo cierto es que tales inundaciones periódicas fueron minando y socavando el templo a lo largo de los siglos.
Actualmente los restos más espectaculares del templo son los Colosos de Memnón.
Del templo de Pta-Sokar-Osiris quedan tenues y escasos restos.